A diferencia de lo que sucede en otros continentes, la oferta de ánforas que existe en Latinoamérica es bastante pobre. Además de ser una región donde el fenómeno de la cremación es aún una novedad, América Latina es un continente mayormente católico y sumamente tradicional, que necesitará un tiempo para aceptar e introducir esta práctica como una alternativa funeraria al entierro tradicional. Por ahora la poca aprobación de algunos sectores y el mal manejo de las instituciones funerarias, han relegado a la cremación a un segundo plano, no solo en relación al bajo porcentaje de preferencias, sino en cuanto a la mala calidad del servicio que se ofrece con ella. La falta de regulación y legislación, sumada a la ineficiencia (salvo algunas excepciones) de quienes manejan el rubro se traducen en un servicio que no tiene ni la mitad de la calidad y variedad que se ofrece con la inhumación. A diferencia del entierro tradicional, que ofrece una interminable gama de ataúdes, terrenos y servicios asociados, desde lo más sobrio a lo más pomposo, las alternativas que se ofrecen en el ámbito de la cremación son, por decir lo menos, escasas. Si nos decidimos por el entierro, tanto cementerios como funerarias nos invitarán a elegir entre miles de opciones diferentes, incluso haciéndose cargo de de todos los trámites legales relacionados con el tema. Si nos decidimos por la cremación, en la mayoría de los países americanos, nos encontraremos con una realidad muy diferente:
Falta de información con respecto al tema, escases de instituciones que ofrecen el servicio, pues además de que hay muy pocos crematorios, las funerarias solo entregan servicios relacionados con entierros y no ofrecen realizar trámites legales asociados con la incineración, ni menos aún ofrecen ánforas para las cenizas. Existen algunas excepciones como Argentina, donde la cremación ha llegado a niveles importantes. Así, los servicios relacionados con la incineración se ofrecen también en algunas funerarias y las ánforas pueden ser adquiridas fuera de los crematorios, en lugares como casas funerarias y marmolerías, existiendo una mayor variedad en este tipo de productos, pero manteniéndo un muy bajo nivel de calidad; denominador común a lo largo de todo el continente.
Tal como se ha visto en Estados unidos y Europa, el interés de privados por el rubro de la incineración ha demostrado ser una excelente solución para brindarle a la gente un servicio variado y de calidad. Cinerario Temuco S.A. (crematorio privado con instalaciones de primer nivel) y Ánforas-Chile, única empresa en Latinoamérica dedicada exclusivamente a la distribución de ánforas para cenizas de personas y mascotas (disponibles para todo el continente), son claros ejemplos de instituciones que han entendido el concepto y la dirección que debemos tomar para alcanzar un nivel adecuado en este tema.